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Shibari: El Arte Erótico de las Ataduras Japonesas

Cuando hablamos de Shibari o Kinbaku, es muy fácil confundirlo con el bondage, las esposas, los azotes, la sumisión… aunque hay que saber diferenciar, son prácticas muy parecidas pero el Shibari es algo mucho más profundo que el bondage, se trata de un estilo de BDSM japonés donde el cuerpo de la mujer se convierte por completo en un lienzo para el maestro Shibari de arte erótico, donde las cuerdas son parte de un paisaje que exponer en el cuerpo en forma de ataduras.

Hay que atar siguiendo técnicas de manera estética

Y aunque podamos pensar que al igual que el bondage cualquiera puede practicar Shibari, no es tan fácil, ya que hay que seguir una técnica concreta de nudos, además de que queden las cuerdas y nudos estéticamente perfectos en consonancia cuerda-atamiento-sumisa, sin tener forzosamente que inmovilizar a la persona, si no que se tienen más en cuenta otros aspectos sobre ciertos puntos en concreto del cuerpo, que crean un efecto negativo y/o positivo según la tradicional medicina oriental. Es importante conseguir una atmósfera idónea y un efecto triangular casi mágico entre sumisa, maestro y espectador.

Práctica consensuada con técnicas y límites definidos

En la antigüedad los guerreros samurái lo utilizaban como método de tortura, para apresar a los prisioneros. Lo hacían en diferentes etapas, comenzaban por el tronco primero, para seguir con las nalgas y vientre, donde finalizaban con el cuerpo por completo.

En los tiempos de hoy, jamás se utilizan las ataduras con violencia ni como tortura, si no como una manera muy sensual de un nuevo arte de juegos eróticos. Existen diferentes tipos de ataduras como Tazuki que trata de un arnés corporal cruzado en forma de X, Matanawa la atadura que se centra en la zona genital o por ejemplo Tsuri cualquier atadura que incluya la suspensión del cuerpo.

Todo ello con el trabajo de un maestro y profesional del arte del Kinbaku, que suele utilizar cuerdas de 8 a 10 metros y en ocasiones cuerdas de menor tamaño que suelen ser de fibras naturales como el cáñamo o yute. Es importante crear cierto vínculo de lenguaje verbal o no verbal entre el maestro y la persona atada, para detectar posibles situaciones de molestia o roce que puedan dañar la piel de la sumisa.

Se trata de un momento único y mágico, donde experimentar este arte con tu pareja puede resultar de lo más enriquecedor para la relación, donde se tienen muy en cuenta la compenetración en pareja, la confianza, la comunicación y el momento tan erótico que provoca rozar el cuerpo para crear los nudos y ataduras.

¿Te atreves?

Regalasexo quiere agradecer el gran trabajo realizado a :

Maestro: Alejandro

Modelos:

Noe

Mery Rose

Fotografías: Alex Mayondigital

Gracias por permitirnos crear el Shibari arte erótico.